Encontré mi paz en el silencio

Durante muchos años pensé que el silencio era solo ausencia de ruido. Algo incómodo, incluso molesto. Me daba miedo estar en silencio, porque al callar el mundo, se hacían más fuertes mis pensamientos.

Hasta que un día me senté… y me quedé. En silencio. En Vipassana. Y todo cambió.

Vipassana no es algo que se pueda explicar del todo. Es una experiencia que se vive desde dentro. Diez días en silencio absoluto, sin hablar, sin leer, sin distracciones. Solo tú, tu cuerpo, tu mente… y todo lo que habías pospuesto enfrentar.

¿Difícil? Sí. ¿Doloroso? A veces. ¿Transformador? Totalmente.

Encontré una paz que no venía de “entender” las cosas, sino de observarlas sin juicio. Aprendí a no reaccionar, a no huir, a no tapar el malestar con ocupaciones. El silencio me enseñó a escucharme de verdad.

Hoy busco espacios de silencio cada día. No importa si son 10 minutos o una hora. Lo importante es recordar que ahí, en ese espacio donde nadie habla, puede surgir la voz más sabia: la tuya.

Con respeto al camino interior,
Antonio David